La eficiencia energética se puede definir como la reducción del consumo energético sin disminuir el confort del usuario. De este modo se consigue reducir costes energéticos y promover sostenibilidad económica, política y ambiental. Esta práctica consigue a la vez proteger el medio ambiente y concienciar a los ciudadanos de la importancia de un consumo energético sostenible.
La modificación de los hábitos de consumo diarios puede llevar a un ahorro considerable de energía. Es importante entender que en muchas ocasiones hay una gran diferencia entre el consumo de energía real y el necesitado. En la mayoría de casos, la elección de un electrodoméstico de bajo consumo (por ejemplo los nuevos aires acondicionados Junkers, que dan una importancia crucial a la eficiencia energética) o una racionalización en el uso de la calefacción pueden ser puntos clave para obtener un menor consumo energético sin perder confort o bienestar.
Algunas de las recomendaciones más importantes para reducir el consumo son:
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Adquirir electrodomésticos de clase A, que pueden llegar a consumir un 55% menos que un electrodoméstico de clase media.
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Instalación de bombillas LED, que duran alrededor de 50 años, tienen un consumo bajo y son el futuro de la eficiencia energética en el ámbito de la iluminación. La instalación de LEDs nos ayudará a disminuir considerablemente el 20% del consumo doméstico asociado a la iluminación.
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El 46% del consumo energético de una vivienda tiene que ver con la calefacción (aumenta a un 60% si incluimos el agua caliente). La instalación de una caldera de clase A nos ayudará a reducir este consumo de forma notable.
Además es importante mencionar que desde el 1 de Junio, según el decreto RD 235/2013 será necesario un certificado de eficiencia energética en el momento de vender o alquilar edificios o unidades de estos.
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