¿Sabes que una instalación mal hecha de caldera puede disparar tus facturas y hasta ponerte en peligro? Lo curioso es que muchas veces todo empieza con una mala elección: el modelo, el instalador o falta de información. Si estás pensando en instalar una caldera de gas o cambiar la que ya tienes, este artículo te interesa.
Te vamos a contar qué necesitas, cómo es el proceso, cuánto cuesta, y qué debes tener en cuenta para evitar sustos. También te diremos quién puede instalar una caldera de gas de forma legal y segura. Pero antes, ¿sabes qué tipo de caldera necesitas?
Requisitos para instalar una caldera de gas
La instalación de calderas de gas no es solo colgar un aparato en la pared. Hay requisitos que cumplir, tanto técnicos como legales.
Lo primero, y más básico: necesitas una toma de gas natural o propano legalizada, que cumpla la normativa vigente. Nada de chapuzas. El suministro debe estar activo y registrado a tu nombre. Si vives en un edificio, asegúrate de que el cuarto de calderas o el espacio donde irá el equipo tiene ventilación suficiente. Aquí no hay margen de error: una mala ventilación puede generar acumulaciones peligrosas.
También necesitas contar con una evacuación de gases de combustión hacia el exterior mediante una salida coaxial o un sistema de doble flujo. Y ojo con esto: en muchos casos, si tu edificio tiene más de 20 años, puede que tengas que adaptar la salida de humos o incluso consultar con la comunidad de vecinos. Además, cualquier instalador de calderas te pedirá que tu instalación esté en condiciones. Algunas calderas necesitan alimentación continua y protección diferencial.
Para hacer cualquier tipo de instalación, necesitas una factura de compra y un certificado de instalación firmado por un profesional autorizado. No sirve tu cuñado, aunque sea un manitas. Según la ley, quien puede instalar una caldera de gas es solo un instalador habilitado por la administración.
Proceso de instalación paso a paso
La instalación no suele durar más de medio día, pero eso no significa que sea algo rápido a nivel técnico. Aquí te explicamos todo lo que pasa desde que el técnico cruza tu puerta hasta que sale con una caldera funcionando.
Preparación previa
Antes de montar nada, se realiza una inspección del lugar. El instalador comprobará el espacio disponible, la toma de gas, la ventilación y los conductos. Si todo está OK, se desconecta la antigua caldera (si la hay) y se limpia la zona. En este punto también se hacen las mediciones y cálculos necesarios: caudal de agua, potencia térmica necesaria, tipo de uso. Esto es vital porque una caldera sobredimensionada o infradimensionada puede ser un problema serio.
También se revisa la presión del gas y se decide si se necesitan adaptadores o nuevas conexiones. Si es una vivienda unifamiliar, puede que tengas que modificar el conducto de evacuación para ajustarlo a la normativa. En edificios, esto suele estar ya preinstalado.
Durante la instalación
Aquí empieza la parte visible del trabajo. El instalador de calderas ancla el equipo a la pared, conecta las tomas de agua fría y caliente, el gas, y el tubo de evacuación de humos. Todo tiene que quedar perfectamente sellado. Después se realiza una prueba de estanqueidad del gas para verificar que no haya fugas. Este punto es obligatorio.
Luego viene la conexión eléctrica. Aunque parezca que una caldera es solo gas, también necesita electricidad para funcionar. Aquí se instala el termostato y, si el cliente lo ha solicitado, se conecta con un sistema domótico o con el móvil.
Una vez conectada, se llena el circuito de agua y se purgan los radiadores para eliminar el aire. Se hace la puesta en marcha: encendido, verificación de temperaturas, caudal y presión. Si todo va bien, el instalador emite el certificado de instalación de caldera.
Costes de instalación
El precio de instalación de una caldera de gas varía bastante según el modelo y la dificultad del trabajo. De media, en 2025, el coste puede ir desde los 350 hasta los 700 euros solo por la instalación, sin contar la caldera. Si hay que hacer adaptaciones (por ejemplo, cambio de salida de humos o mejora del sistema eléctrico), el precio puede superar los 1.000 euros.
El aparato en sí depende de la potencia y la marca. Una caldera básica puede costar entre 600 y 1.000 euros, mientras que una de condensación de alta eficiencia puede superar los 1.800 euros. Es habitual encontrar packs promocionales donde se incluye la instalación y el aparato por un precio cerrado, pero ojo con la letra pequeña: algunos no incluyen el IVA o ciertos materiales.
En resumen: si estás buscando instalar una caldera de gas nueva en tu casa, calcula entre 1.500 y 2.500 euros en total, dependiendo de las condiciones y el equipo elegido.
Normativa vigente
La normativa en España en materia de instalaciones de calderas está bastante clara, aunque suele cambiar cada pocos años. En 2025 sigue vigente el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que exige que toda instalación cumpla ciertos estándares de eficiencia, seguridad y sostenibilidad.
La principal novedad que se sigue aplicando este año es la obligatoriedad de instalar solo calderas de condensación en viviendas particulares. Las calderas atmosféricas están prohibidas desde hace tiempo. Además, todas las calderas deben tener un rendimiento mínimo del 92% sobre el poder calorífico inferior del combustible, algo que la mayoría de modelos actuales ya cumplen.
Por cierto, otra cosa que exige la normativa es que los usuarios hagan revisiones periódicas. La revisión obligatoria debe realizarse cada dos años como máximo, y en algunos casos, cada año, dependiendo de la compañía de gas.
Consejos de mantenimiento
Una caldera de gas es como un coche: si no la cuidas, se estropea. Y lo peor es que los fallos no avisan. Por eso es tan importante hacer un mantenimiento básico cada año. Lo primero es purgar los radiadores antes de que empiece el frío. Esto mejora la eficiencia del sistema y evita ruidos molestos.
Revisa la presión de la caldera cada mes, sobre todo en invierno. Si está por debajo de 1 bar, añade agua al circuito. Si está por encima de 2,5, contacta con un técnico. No lo ignores.
Limpia también los filtros de forma periódica. Algunos modelos permiten hacerlo con facilidad desde la parte inferior. Si notas que el agua caliente tarda en salir o hay caídas de presión, puede que tengas cal o sedimentos en el intercambiador. Eso ya requiere intervención profesional.
Muy importante: contrata una revisión anual con un técnico autorizado. Aparte de ser obligatorio, detecta problemas antes de que sean caros o peligrosos. Algunas marcas incluso amplían la garantía si haces el mantenimiento con técnicos certificados.
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